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PRUEBA DE CONCEPTO LMS

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PRUEBA DE CONCEPTO LMS

Sistema de Control de Asistencias

¿Cuáles son los objetivos estratégicos de una prueba de concepto para un LMS?

1. ¿Cuáles son los objetivos estratégicos de una prueba de concepto para un LMS? En el proceso de selección e implementación de un sistema de gestión del aprendizaje (LMS), una de las etapas más determinantes para el éxito del proyecto es la prueba de concepto (PoC, por sus siglas en inglés). Esta fase, muchas veces subestimada, tiene un papel crítico: no se trata solo de “probar la herramienta”, sino de verificar, validar y proyectar si dicha plataforma responde realmente a las necesidades estratégicas de la organización. Un error común en muchas empresas es asumir que elegir un LMS se limita a comparar precios, revisar folletos técnicos o hacer una breve demo. Sin embargo, cuando hablamos de procesos de formación escalables, transformación cultural, cumplimiento normativo y desarrollo de talento a gran escala, una prueba de concepto bien diseñada se convierte en una herramienta de inteligencia organizacional, que permite tomar decisiones informadas, reducir riesgos y acelerar la adopción tecnológica. 1. Validar la alineación estratégica con los objetivos del negocio El objetivo más relevante y a menudo más ignorado de una PoC es determinar si el LMS respalda los objetivos estratégicos de la organización. ¿El sistema puede facilitar el desarrollo de talento clave? ¿Permite mejorar el onboarding de nuevos colaboradores? ¿Aumenta la eficiencia operativa en la capacitación técnica? ¿Soporta la expansión internacional de la compañía con formación multilingüe? Una prueba de concepto debe evaluar estas preguntas en escenarios reales, no en presentaciones idealizadas del proveedor. Validar esta alineación estratégica permite que el LMS no sea visto como una herramienta aislada, sino como un vehículo de transformación del negocio. 2. Comprobar la usabilidad real y la experiencia del usuario final Otro objetivo esencial es validar cómo interactúan realmente los usuarios con la plataforma. La experiencia del usuario (UX) es un factor determinante en la adopción de cualquier tecnología. Durante la PoC, los líderes deben observar si la plataforma es intuitiva, si el contenido es fácil de localizar, si la navegación es fluida y si los usuarios pueden acceder desde diferentes dispositivos sin complicaciones. No se trata solo de “funciona o no funciona”, sino de cómo se sienten los colaboradores usando la herramienta. Porque una plataforma que cumple técnicamente pero frustra al usuario será abandonada, y con ella, el proyecto. 3. Evaluar la capacidad técnica y la integración con el ecosistema digital Desde el área de tecnología, uno de los objetivos más importantes de una PoC es verificar si el LMS puede integrarse correctamente con los sistemas existentes: HRM, ERP, CRM, SSO, plataformas de BI, entre otros. Las pruebas deben incluir conexiones reales, no solo promesas del proveedor. Además, debe comprobarse el rendimiento bajo carga, la seguridad de la información, el manejo de usuarios, la administración de contenido, y la escalabilidad de la arquitectura. Una PoC permite validar la madurez técnica del LMS frente a las necesidades actuales y futuras de la empresa. 4. Medir el impacto operativo y funcional Más allá de lo técnico, la PoC debe probar las capacidades funcionales clave: creación y asignación de cursos, rutas de aprendizaje, evaluaciones, seguimiento de progreso, emisión de certificados, gestión de reportes, etc. Cada organización tiene flujos de trabajo específicos, por lo que la prueba debe personalizarse para evaluar si el LMS puede adaptarse a las operaciones internas sin fricciones. También es una oportunidad para observar la carga administrativa que el sistema genera en los equipos de formación. ¿El LMS facilita la automatización de tareas repetitivas? ¿Es sencillo para los administradores cargar contenido, generar reportes y gestionar usuarios? 5. Identificar brechas y necesidades de personalización Una PoC bien ejecutada no solo sirve para decir “sí” o “no” al LMS, sino también para detectar brechas que podrían cubrirse con personalizaciones, integraciones adicionales o ajustes de procesos. Este conocimiento anticipado permite preparar mejor la implementación definitiva, negociando de antemano con el proveedor lo que será necesario desarrollar o configurar. También permite anticipar posibles resistencias al cambio, barreras culturales o necesidades de capacitación interna, lo cual es clave para planificar la gestión del cambio. 6. Recoger evidencia para la toma de decisiones ejecutivas La prueba de concepto también cumple una función política y estratégica: genera evidencia sólida para presentar ante el comité ejecutivo o el área de compras. Los resultados documentados de la PoC —en términos de usabilidad, impacto, eficiencia, aceptación y riesgos— permiten defender con argumentos objetivos la elección del LMS, evitando decisiones basadas en intuiciones o modas tecnológicas. De hecho, una PoC bien documentada puede convertirse en la base del caso de negocio para justificar la inversión, especialmente en organizaciones donde la aprobación de tecnología requiere ROI claro y métricas comparables. 7. Evaluar el soporte y compromiso del proveedor La prueba de concepto también permite observar el nivel de involucramiento, soporte y cultura de servicio del proveedor. ¿El equipo responde con agilidad? ¿Escucha y adapta la solución a las necesidades de la empresa? ¿Proporciona materiales de capacitación? ¿Acompaña activamente el proceso? Esta experiencia será un reflejo de cómo será la relación a largo plazo. La tecnología puede ser sólida, pero si el socio no acompaña correctamente, el proyecto puede enfrentar serias dificultades post implementación. 8. Anticipar el nivel de esfuerzo interno requerido Durante la PoC también se puede medir cuántos recursos internos son necesarios para implementar y operar el LMS: cantidad de administradores, esfuerzo en migrar contenidos, tiempo necesario para formar a usuarios, etc. Esto permite anticipar el verdadero costo de implementación, más allá del valor de la licencia. Además, sirve para organizar mejor los roles internos, entender qué capacidades se deben desarrollar en el equipo y estimar con mayor precisión los plazos reales del proyecto. Conclusión Una prueba de concepto bien diseñada y ejecutada es un proceso estratégico, no técnico. Sus objetivos van mucho más allá de “ver si el sistema funciona”. Busca alinear tecnología con visión de negocio, validar la experiencia real del usuario, anticipar riesgos, construir el caso de negocio, y asegurar que la inversión se traducirá en resultados medibles. Para líderes de RRHH, tecnología y formación, la PoC representa una oportunidad valiosa para tomar decisiones basadas en evidencia, no en promesas comerciales. Y para WORKI 360, diseñar PoC efectivas para sus clientes es una poderosa herramienta para demostrar su valor diferencial, su madurez tecnológica y su orientación a resultados tangibles.

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¿Qué errores comunes se deben evitar durante una prueba de concepto?

2. ¿Qué errores comunes se deben evitar durante una prueba de concepto? Una prueba de concepto (PoC) en la selección de un LMS no solo sirve para evaluar una plataforma; también revela la madurez organizacional con la que se gestionan los proyectos de transformación digital. Cuando esta fase se ejecuta sin planificación ni criterios claros, el resultado puede ser una decisión equivocada, retrasos en la implementación o incluso una pérdida de confianza en la iniciativa. Por eso, conocer los errores más comunes y aprender a evitarlos es fundamental para garantizar que la PoC cumpla su propósito: proporcionar información objetiva, medible y útil para tomar una decisión estratégica sólida. 1. Falta de definición de objetivos claros El error más frecuente —y más costoso— en una prueba de concepto es iniciarla sin saber exactamente qué se quiere validar. Muchas organizaciones lanzan una PoC “para probar el sistema”, sin haber definido qué aspectos son críticos para el negocio. Esto conduce a pruebas superficiales que se limitan a observar la apariencia de la plataforma o su facilidad de uso, sin evaluar si realmente responde a las necesidades estratégicas. Antes de comenzar, la empresa debe establecer objetivos concretos y medibles: por ejemplo, “validar la capacidad del LMS para automatizar procesos de certificación”, “evaluar la integración con el HRM actual”, o “medir el nivel de adopción de usuarios en un entorno de prueba”. Sin estos objetivos, la PoC se convierte en un ejercicio sin rumbo, cuyos resultados no aportan información útil para la toma de decisiones. 2. No involucrar a los usuarios finales en la prueba Un segundo error común es realizar la PoC únicamente con el equipo de TI o con los responsables de formación, dejando fuera a los usuarios que realmente utilizarán la plataforma. La visión técnica o administrativa es importante, pero la adopción final depende de la experiencia del usuario. Si el personal operativo, los líderes de equipo o los formadores no participan en la evaluación, es muy probable que el sistema elegido no sea intuitivo ni motivador para ellos. Una PoC exitosa debe incluir usuarios representativos de diferentes perfiles: administrativos, operativos, técnicos, supervisores y ejecutivos. Su retroalimentación permitirá evaluar la usabilidad real, la curva de aprendizaje y el grado de aceptación cultural del LMS. 3. No definir criterios de éxito y métricas desde el inicio Otro error crítico es no establecer indicadores claros que permitan medir el desempeño del LMS durante la prueba. Si no se definen criterios de éxito cuantitativos y cualitativos, será imposible determinar objetivamente cuál plataforma se desempeñó mejor. Algunos indicadores recomendables incluyen: tiempo promedio de navegación para completar tareas, tasa de finalización de cursos, número de incidencias técnicas reportadas, nivel de satisfacción de usuarios y capacidad del sistema para generar reportes precisos. Estas métricas, combinadas con observaciones cualitativas, proporcionan una visión integral y verificable del desempeño del LMS. 4. Probar con contenido inadecuado o genérico La PoC debe realizarse con contenido real o representativo del entorno corporativo. Usar material genérico, como videos de ejemplo o cursos de demostración proporcionados por el proveedor, puede distorsionar los resultados. La plataforma podría funcionar perfectamente con esos materiales, pero no necesariamente con los contenidos, formatos y estructuras de la empresa. La recomendación es utilizar al menos tres tipos de contenido: un curso técnico, uno de cumplimiento normativo y otro de habilidades blandas. Esto permitirá evaluar la capacidad del LMS para manejar distintos formatos (SCORM, xAPI, videos interactivos, microlearning, etc.) y analizar cómo se comporta la experiencia en cada caso. 5. No incluir la evaluación de integraciones Un error técnico frecuente es evaluar la plataforma de forma aislada, sin probar su compatibilidad con otros sistemas corporativos. En la mayoría de las organizaciones, el LMS no opera solo: debe conectarse con sistemas de gestión de recursos humanos (HRM), ERPs, CRMs o plataformas de comunicación interna. Durante la PoC, se deben validar las integraciones clave —aunque sea en versión básica— para asegurar que la información fluye correctamente entre sistemas. Ignorar este paso puede provocar grandes complicaciones posteriores, cuando las dependencias tecnológicas ya estén comprometidas. 6. Ignorar el soporte y acompañamiento del proveedor Otro error habitual es concentrarse únicamente en las funcionalidades del LMS y no evaluar el comportamiento del proveedor durante la prueba. Un buen socio tecnológico no solo entrega la herramienta, sino que acompaña, capacita y asesora a la organización en el proceso. Si durante la PoC el proveedor tarda en responder, no ofrece documentación clara o evita personalizar la prueba según las necesidades del cliente, eso es una señal de alarma. El soporte ofrecido durante esta etapa es un reflejo del servicio post implementación. Por eso, la actitud y compromiso del proveedor deben ser parte de la evaluación formal. 7. No documentar los resultados de manera estructurada En muchas organizaciones, la información recolectada durante la PoC se pierde entre correos, reuniones y opiniones informales. Sin un formato estandarizado de documentación, la evaluación se vuelve subjetiva y difícil de justificar ante el comité ejecutivo. Lo recomendable es utilizar una plantilla de evaluación o matriz comparativa, donde se registren los criterios, puntajes, observaciones, incidencias y conclusiones. Esta documentación será fundamental no solo para la decisión final, sino también para futuros procesos de auditoría o reevaluación tecnológica. 8. Realizar la PoC sin plan de comunicación interna Otro error común es no comunicar adecuadamente a los participantes el propósito de la prueba, el alcance, la duración y las expectativas. Cuando los usuarios no comprenden el valor del ejercicio, tienden a participar de manera pasiva o desinteresada, generando resultados poco representativos. El éxito de una PoC depende también de la gestión del cambio. Los líderes deben explicar que la prueba es parte de un proceso mayor para mejorar la experiencia de aprendizaje en la empresa, y que sus opiniones influirán directamente en la elección del sistema. 9. Subestimar el tiempo y los recursos necesarios Una PoC mal planificada suele extenderse más de lo previsto o quedarse corta en alcance. Ambos extremos son problemáticos. Si es demasiado breve, no permitirá una evaluación completa; si se prolonga sin control, se perderá impulso y credibilidad. El tiempo ideal depende de la complejidad del entorno, pero en la mayoría de los casos oscila entre 4 y 8 semanas, incluyendo pruebas, ajustes y análisis. Además, debe asignarse un equipo responsable, con roles claros y disponibilidad real, para evitar que la prueba quede como una tarea secundaria. 10. No convertir los resultados en decisiones estratégicas Finalmente, uno de los mayores errores es no usar los resultados de la PoC como base para la toma de decisiones. En algunos casos, el proceso se cumple formalmente, pero la elección final se hace por afinidad con un proveedor, presión comercial o factores externos. Esto invalida todo el esfuerzo realizado. La PoC debe ser el eje central de la decisión: su documentación, métricas y análisis comparativo deben guiar la selección final, acompañados de una justificación técnica y de negocio. Conclusión Una prueba de concepto de LMS solo tiene valor si se ejecuta con rigor metodológico, transparencia y visión estratégica. Evitar estos errores permite no solo elegir la herramienta adecuada, sino fortalecer la credibilidad del proyecto y asegurar su éxito a largo plazo. Para organizaciones que buscan modernizar su gestión del aprendizaje, la PoC es una inversión en conocimiento, evidencia y confianza. Y para plataformas como WORKI 360, acompañar a sus clientes en PoC bien estructuradas representa una oportunidad para demostrar su valor, su capacidad de personalización y su compromiso con los resultados reales de aprendizaje.

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¿Qué casos de uso específicos deben incluirse en una PoC?

3. ¿Qué casos de uso específicos deben incluirse en una PoC? Una de las claves para que una prueba de concepto (PoC) de un LMS sea efectiva, relevante y estratégica es seleccionar adecuadamente los casos de uso que se van a evaluar. Un error frecuente en muchas organizaciones es limitarse a probar funciones básicas sin considerar escenarios reales que reflejen la complejidad del día a día empresarial. Esta omisión puede llevar a decisiones poco informadas, elegir plataformas que no se adaptan al negocio y, en consecuencia, a una implementación fallida. Seleccionar casos de uso específicos implica probar el LMS como si ya estuviera en producción, pero en un entorno controlado. La idea no es hacer una demostración técnica, sino una simulación real de lo que enfrentará el sistema una vez desplegado. Por eso, el diseño de los casos de uso debe estar alineado con los procesos críticos del negocio, los flujos de formación actuales y los desafíos operativos de cada área. A continuación, te detallo los principales casos de uso estratégicos que deberían incluirse en una PoC de LMS, especialmente en empresas medianas y grandes. 1. Proceso de onboarding de nuevos colaboradores Este es uno de los flujos más importantes para cualquier organización. Evaluar cómo el LMS gestiona el onboarding permite validar su capacidad para automatizar asignaciones de contenido, seguir el progreso de los nuevos ingresos, emitir certificaciones, integrar con sistemas de recursos humanos y generar alertas. Este caso de uso debe incluir módulos de bienvenida, políticas internas, cultura organizacional y formación en herramientas básicas. El LMS debe demostrar que puede estructurar una ruta de aprendizaje secuencial, personalizada y fácil de seguir para cada nuevo ingreso. 2. Capacitación obligatoria por cumplimiento normativo Toda empresa, especialmente en sectores regulados, necesita capacitar a su personal de forma recurrente en temas como seguridad, ética, protección de datos, normativas locales o internacionales. La PoC debe incluir un caso de uso que evalúe la gestión de cursos obligatorios, la generación automática de certificados, las fechas de vencimiento y los recordatorios automáticos. También es clave probar la trazabilidad del sistema: reportes de cumplimiento, filtros por región o departamento, e incluso la exportación de datos para auditorías. Si el LMS falla en este escenario, el riesgo reputacional y legal para la empresa es alto. 3. Desarrollo de habilidades blandas y liderazgo Otro caso estratégico es la formación en habilidades blandas, liderazgo y competencias organizacionales. Estos programas suelen ser más complejos, con itinerarios personalizados, recursos multimedia, actividades asincrónicas y tutorías. La PoC debe probar si el LMS permite crear rutas de aprendizaje no lineales, manejar múltiples tipos de contenido (videos, podcasts, artículos, simulaciones) y realizar evaluaciones prácticas o autoevaluaciones. Este caso de uso es clave para empresas que buscan desarrollar el talento interno y preparar a sus colaboradores para nuevas responsabilidades. 4. Integración con plataformas corporativas Uno de los casos de uso más técnicos pero críticos es evaluar si el LMS puede integrarse con otros sistemas que la empresa ya utiliza. Por ejemplo, sincronizar usuarios desde el HRM, autenticar a través de SSO (Single Sign-On), recibir datos desde el ERP o generar reportes en el sistema de BI. En la PoC, se debe probar al menos una o dos integraciones básicas, como el login único o la carga automatizada de usuarios. Aunque no se configuren todas las conexiones en esta etapa, es esencial verificar la capacidad real de interoperabilidad del sistema. 5. Acceso móvil y multiplataforma Dado que muchos colaboradores trabajan desde dispositivos móviles o en entornos híbridos, otro caso de uso importante es validar la experiencia del usuario desde diferentes dispositivos: laptop, smartphone y tablet. La PoC debe incluir pruebas de navegación, carga de contenido, completitud de cursos, acceso offline (si aplica) y notificaciones móviles. Esta prueba es clave para empresas con fuerza de trabajo en terreno, como retail, logística, servicios técnicos o ventas, donde la accesibilidad define el éxito del aprendizaje. 6. Evaluaciones y feedback automatizado Un caso práctico que muchas organizaciones necesitan validar es la funcionalidad del LMS para crear evaluaciones inteligentes. Esto incluye exámenes con retroalimentación automática, bancos de preguntas aleatorias, evaluaciones por intentos, actividades prácticas y cuestionarios de satisfacción. Incluir esta prueba permite validar la flexibilidad del sistema para medir el aprendizaje y gestionar la retroalimentación de forma ágil. 7. Segmentación por perfiles y roles Otra prueba fundamental es verificar cómo el LMS gestiona múltiples tipos de usuarios y rutas diferenciadas. Por ejemplo, un gerente puede tener un catálogo distinto al de un operador, y un equipo comercial puede requerir contenidos diferentes al de tecnología. Este caso de uso implica probar la asignación de cursos por rol, la visibilidad de contenido personalizado, la creación de rutas por departamento y los permisos de acceso diferenciados. Es clave para empresas que operan con estructuras complejas. 8. Carga y gestión de contenido interno Una prueba de concepto completa debe incluir la carga de contenidos creados por la empresa: manuales PDF, presentaciones, videos institucionales o documentos internos. Esto permite validar la facilidad de uso del LMS para administradores, tiempos de carga, opciones de edición, organización del catálogo y etiquetado. Este caso de uso es muy importante para determinar cuánto soporte necesitará el equipo interno una vez el sistema esté en operación. 9. Analítica y reportes gerenciales Por último, es fundamental evaluar las funcionalidades analíticas. ¿Qué tipo de reportes puede generar el LMS? ¿Son personalizables? ¿Se pueden exportar? ¿Qué indicadores están disponibles? La PoC debe incluir la simulación de reportes por usuario, por curso, por cumplimiento y por desempeño general. Este caso es clave para el área de gestión del talento y para presentar avances ante dirección general. Conclusión Una prueba de concepto sin casos de uso claros es como probar un avión solo encendiendo las luces de cabina. Para que la PoC sea una verdadera herramienta de decisión, debe incluir los escenarios reales que enfrentarán los usuarios, los líderes y el sistema en su operación cotidiana. Cada caso de uso bien definido permite validar no solo funcionalidades, sino también adaptabilidad, escalabilidad, soporte, experiencia del usuario y alineación con procesos críticos del negocio. En el caso de WORKI 360, su enfoque en pruebas de concepto basadas en casos reales ofrece a las organizaciones una oportunidad única de anticipar el valor, descubrir oportunidades de mejora y tomar decisiones basadas en evidencia, no en supuestos. Esta es la diferencia entre comprar una herramienta y construir una solución estratégica de aprendizaje.

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¿Qué rol cumple el proveedor del LMS durante la prueba de concepto?

4. ¿Qué rol cumple el proveedor del LMS durante la prueba de concepto? Uno de los factores más determinantes para el éxito de una prueba de concepto (PoC) en un proceso de selección de LMS es la calidad del acompañamiento por parte del proveedor. Más allá de la tecnología y las funcionalidades que se van a evaluar, el proveedor cumple un rol central como facilitador, guía técnico, socio estratégico y punto de contacto operativo. La forma en que actúa durante esta etapa puede anticipar, con gran precisión, cómo será su desempeño una vez adjudicado el contrato e iniciada la implementación formal. En este sentido, la PoC no solo pone a prueba la plataforma tecnológica, sino también a la empresa que la respalda. A continuación, exploraremos en profundidad los distintos roles y responsabilidades que debe asumir el proveedor durante una prueba de concepto efectiva, y cómo una participación activa y estratégica de su parte puede marcar una diferencia decisiva en la elección final. 1. Diseñador y facilitador del entorno de prueba Una de las primeras responsabilidades del proveedor es configurar adecuadamente el entorno de prueba. Esto incluye la creación de un ambiente aislado (sandbox) donde se pueda experimentar sin riesgos, con funcionalidades habilitadas, acceso a usuarios piloto, carga de contenidos reales y parámetros configurables. Un proveedor comprometido se encargará de personalizar este entorno según el perfil de la empresa cliente, reflejando su estructura organizativa, jerarquías de usuarios, logotipos, branding y rutas de formación típicas. Esta capacidad de adaptación permite que la prueba sea más realista y representativa del uso que se hará en producción. Además, es responsabilidad del proveedor asegurar que la plataforma esté plenamente operativa desde el día uno, sin errores técnicos, caídas del sistema ni tiempos muertos que afecten la percepción del cliente. 2. Asesor y experto funcional Otro rol fundamental del proveedor durante la PoC es el de asesor funcional. No se espera que los equipos internos de la empresa conozcan a fondo todas las capacidades de la herramienta; por eso, el proveedor debe actuar como guía, explicando no solo cómo usar la plataforma, sino cómo adaptarla a los procesos específicos del cliente. Esto implica, por ejemplo, sugerir cómo estructurar rutas de aprendizaje, cómo diseñar evaluaciones, cómo cargar contenido interactivo o cómo automatizar tareas administrativas. También debe proponer casos de uso relevantes y buenas prácticas que otras organizaciones del mismo sector ya han aplicado con éxito. El proveedor que cumple este rol correctamente acelera la curva de aprendizaje del equipo del cliente y demuestra su experiencia, lo cual genera confianza y posiciona su propuesta de valor más allá de la funcionalidad técnica. 3. Capacitador de usuarios clave Una PoC efectiva no puede desarrollarse si los usuarios internos no saben cómo interactuar con el sistema. Por eso, el proveedor debe ofrecer capacitación inicial a los perfiles clave, incluyendo: Administradores de plataforma Gestores de contenido Supervisores de usuarios Representantes de TI Miembros del equipo de RRHH o Formación La capacitación puede entregarse en modalidad síncrona (talleres en vivo), asíncrona (videos tutoriales), presencial (en algunos casos) o mixta. Lo importante es que el proveedor asegure que todos los actores involucrados comprendan cómo usar la plataforma, qué funcionalidades están activadas y qué se espera de ellos durante la prueba. Además, el proveedor debe estar disponible para aclarar dudas y brindar soporte técnico durante la fase de aprendizaje inicial. 4. Soporte técnico ágil y personalizado Durante una PoC pueden surgir incidencias técnicas: fallos menores, problemas de acceso, dudas sobre configuraciones, errores en la carga de contenido o dificultades con ciertas funciones. En esos momentos, el proveedor debe ofrecer un soporte técnico ágil, eficaz y personalizado, no solo a través de tickets anónimos, sino mediante canales directos de comunicación con personas reales. Este soporte durante la PoC actúa como una muestra en escala del tipo de relación que se establecerá con el proveedor una vez implementado el sistema. Si la empresa demuestra rapidez, empatía y orientación a soluciones durante esta fase crítica, genera un activo intangible muy valioso: confianza. 5. Recopilador de feedback e impulsor de mejoras El proveedor no debe limitarse a “entregar la plataforma” y esperar pasivamente la evaluación. Al contrario, debe participar activamente en la recopilación de feedback, ofreciendo encuestas, liderando reuniones de seguimiento y proponiendo mejoras durante el proceso de prueba. Un proveedor orientado al cliente estará dispuesto a ajustar ciertas configuraciones, crear nuevas funcionalidades, modificar reportes o mejorar la navegación, incluso dentro del entorno de PoC. Esta actitud demuestra no solo flexibilidad técnica, sino también compromiso con el éxito del cliente, una cualidad muy valorada por los tomadores de decisiones. 6. Responsable de mostrar evidencia de valor La PoC no es solo una prueba técnica, es también una oportunidad comercial. El proveedor debe ser capaz de documentar los logros alcanzados durante la prueba, presentar reportes de uso, resaltar mejoras observadas, comparar métricas clave y traducir los resultados en valor tangible para el negocio. Esto implica entregar un informe final detallado o incluso co-construir una presentación ejecutiva con el equipo cliente para presentar ante dirección general. Un proveedor que colabora en construir el caso de negocio se convierte en un aliado estratégico, no en un simple vendedor. 7. Gestor del cierre de la PoC y siguiente fase Por último, el proveedor debe acompañar el cierre formal de la PoC, participando en la evaluación conjunta de resultados, la recopilación de lecciones aprendidas y, eventualmente, en la planificación de la implementación definitiva. Un proveedor profesional no presiona para cerrar la venta, sino que demuestra claridad, integridad y madurez comercial. Aporta claridad sobre próximos pasos, tiempos estimados, costos proyectados y recursos requeridos. Esta transparencia es clave para generar relaciones de largo plazo. Conclusión Durante la prueba de concepto, el proveedor del LMS no es un actor secundario: es un protagonista clave. Su desempeño técnico, su actitud ante los desafíos, su capacidad de adaptación y su disposición a acompañar activamente al cliente son señales concretas de cómo será su nivel de compromiso a futuro. Para organizaciones que buscan más que un software —una verdadera solución estratégica de aprendizaje—, el comportamiento del proveedor durante la PoC es uno de los factores más valiosos a observar. Porque no solo se elige una plataforma, se elige un socio de transformación organizacional. En este sentido, WORKI 360 se posiciona como un aliado ideal: no solo proporciona tecnología de punta, sino que acompaña a sus clientes con cercanía, expertise y compromiso total desde el primer día de prueba. Y eso marca la diferencia entre una buena herramienta y una solución que transforma el aprendizaje corporativo.

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¿Qué herramientas se deben utilizar para documentar los resultados de la PoC?

5. ¿Qué herramientas se deben utilizar para documentar los resultados de la PoC? Una prueba de concepto (PoC) bien ejecutada tiene el potencial de convertirse en una de las herramientas más valiosas dentro del proceso de toma de decisiones para la selección de un LMS. Sin embargo, ese valor solo se capitaliza cuando los resultados son documentados de manera estructurada, objetiva y estratégica. De lo contrario, toda la información recogida durante semanas de prueba puede diluirse entre opiniones informales, correos dispersos y conclusiones ambiguas que dificultan —o incluso sabotean— la toma de decisiones. Por esta razón, la elección de las herramientas adecuadas para documentar los resultados de la PoC no es un detalle administrativo, sino un componente esencial del proceso. Documentar no es solo anotar lo que ocurrió; es transformar datos, observaciones y experiencias en evidencia clara, defendible y accionable. A continuación, exploraremos las principales herramientas que se deben utilizar para lograr una documentación robusta, alineada con las buenas prácticas organizacionales y útil para los equipos de liderazgo. 1. Matriz de evaluación comparativa Una de las herramientas más utilizadas (y más efectivas) en una PoC es la matriz comparativa o matriz de scoring. Se trata de una tabla estructurada donde se detallan los criterios clave de evaluación —funcionales, técnicos, operativos y estratégicos— junto con un sistema de puntuación estandarizado (por ejemplo, de 1 a 5, o de 0 a 10). Cada criterio debe tener una breve descripción, un puntaje asignado y un espacio para observaciones cualitativas. Esta matriz puede utilizarse tanto para evaluar múltiples proveedores como para comparar el desempeño del LMS en diferentes áreas (usabilidad, reportes, soporte, accesibilidad, etc.). Ventajas: Permite comparar opciones de forma objetiva. Es fácilmente comprensible por comités ejecutivos. Estandariza la evaluación entre distintos equipos. Herramientas recomendadas: Microsoft Excel, Google Sheets, Airtable. 2. Encuestas estructuradas a usuarios participantes Durante una PoC, es fundamental recoger la experiencia real de los usuarios que participaron en la prueba. Las encuestas permiten cuantificar el nivel de satisfacción, identificar fricciones, y obtener insights directos sobre la usabilidad, el diseño, la navegación, la utilidad del contenido y el valor percibido. Las encuestas deben ser breves, enfocadas y diseñadas para extraer datos útiles. Deben combinar preguntas cerradas (escala Likert, opción múltiple) y preguntas abiertas que permitan a los usuarios expresar su opinión. Ejemplos de preguntas clave: ¿Qué tan intuitiva te pareció la plataforma? ¿Pudiste completar los cursos sin ayuda externa? ¿Recomendarías esta plataforma a tus compañeros? ¿Qué mejorarías en tu experiencia de aprendizaje? Herramientas recomendadas: Google Forms, Typeform, Microsoft Forms, SurveyMonkey. 3. Registro de incidencias técnicas Durante la PoC pueden surgir errores, caídas del sistema, problemas de compatibilidad o preguntas frecuentes. Para documentarlos de forma profesional, se recomienda utilizar una herramienta de registro de incidencias donde cada evento tenga un ID único, fecha, responsable, descripción, prioridad y estado (abierto, en progreso, resuelto). Este documento ayuda a evaluar la estabilidad técnica del LMS, la capacidad de respuesta del proveedor y la experiencia de soporte durante la prueba. Herramientas recomendadas: Jira, Trello, Notion, Excel, herramientas internas de ITSM (como ServiceNow o Freshdesk). 4. Bitácora de pruebas o diario de evaluación Además de las matrices y encuestas, es útil llevar un documento de estilo “diario de campo” donde los evaluadores registren observaciones cualitativas, hipótesis, ideas o descubrimientos realizados durante el uso del LMS. Este registro es especialmente útil para capturar percepciones que no se reflejan en las métricas: la calidad de la navegación, la sensación de fluidez, la motivación del usuario, los momentos de fricción, etc. Este documento también puede incluir screenshots, grabaciones de sesiones, capturas de errores y otros elementos visuales. Herramientas recomendadas: Google Docs, Microsoft Word, Notion. 5. Dashboards de actividad y uso del sistema Muchos LMS modernos ofrecen dashboards internos con datos como: Número de usuarios activos. Tiempo promedio de sesión. Cursos iniciados y completados. Evaluaciones realizadas. Porcentaje de finalización por curso o ruta. Capturar estos datos permite respaldar con cifras objetivas lo observado durante la prueba. Estos dashboards pueden ser exportados o integrados con herramientas de visualización externa para presentaciones ejecutivas. Herramientas recomendadas: Dashboards internos del LMS, Power BI, Tableau, Google Data Studio. 6. Informe ejecutivo consolidado El objetivo de toda documentación es poder generar un informe final de evaluación, orientado a los tomadores de decisión. Este informe debe incluir: Resumen ejecutivo. Objetivos de la PoC. Casos de uso probados. Metodología de evaluación. Resultados cuantitativos y cualitativos. Análisis de fortalezas y debilidades. Recomendaciones. Este informe debe presentarse en un lenguaje ejecutivo, con datos visuales (gráficos, tablas, infografías) y conclusiones claras que respalden o descarten la viabilidad del LMS evaluado. Herramientas recomendadas: Microsoft Word o Google Docs para redacción, PowerPoint o Canva para la versión ejecutiva. 7. Repositorio digital centralizado Toda la información recopilada debe estar disponible en un espacio compartido para los miembros del equipo evaluador. Esto garantiza la transparencia, trazabilidad y colaboración durante y después de la PoC. El repositorio debe contener: plantillas, informes, matrices, encuestas, capturas de pantalla, videos, presentaciones y actas de reunión. Herramientas recomendadas: Google Drive, OneDrive, SharePoint, Dropbox Business. Conclusión La calidad de la documentación en una PoC no solo refleja el profesionalismo del equipo evaluador, sino que determina la credibilidad del proceso y la solidez de la decisión final. Documentar bien es transformar la experiencia en evidencia, y la evidencia en argumentos que respaldan una inversión crítica para la organización. En este sentido, plataformas como WORKI 360 que ofrecen dashboards automatizados, soporte en la estructuración de evaluaciones y asistencia en la elaboración de informes, representan una ventaja competitiva clave para clientes que buscan no solo tecnología, sino una decisión basada en datos y con visión estratégica.

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¿Cómo priorizar funcionalidades durante la evaluación del LMS en la PoC?

6. ¿Cómo priorizar funcionalidades durante la evaluación del LMS en la PoC? Uno de los mayores retos durante una prueba de concepto (PoC) de un sistema de gestión del aprendizaje (LMS) es decidir qué funcionalidades evaluar con mayor profundidad. La mayoría de las plataformas actuales ofrecen una larga lista de características, integraciones y herramientas, muchas de las cuales pueden resultar atractivas, pero no necesariamente relevantes para los objetivos estratégicos de la organización. Cuando no se priorizan las funcionalidades adecuadamente, el equipo evaluador puede caer en dos errores contraproducentes: perder tiempo en probar funciones que no aportan valor real o, peor aún, pasar por alto aspectos clave que, una vez implementado el LMS, resultan deficientes o limitantes. Por esta razón, la capacidad de priorizar correctamente qué funcionalidades deben ser el foco central de la PoC es esencial para tomar una decisión bien fundamentada. A continuación, se presenta un enfoque práctico, estratégico y ordenado para establecer prioridades durante la evaluación de un LMS en una prueba de concepto. 1. Comenzar desde los objetivos estratégicos del negocio El primer paso no tiene que ver con la tecnología, sino con el negocio. Antes de hablar de funcionalidades, el equipo evaluador debe responder: ¿Qué queremos lograr con este LMS? Las respuestas pueden variar: Mejorar la eficiencia del onboarding. Aumentar el cumplimiento normativo. Acelerar el desarrollo de habilidades clave. Establecer una cultura de aprendizaje continuo. Reducir los costos de formación presencial. Expandir la formación a audiencias externas (clientes, proveedores, partners). Cada objetivo estratégico trae consigo un conjunto distinto de funcionalidades críticas. Por ejemplo, si el objetivo es cumplir con auditorías normativas, la gestión de reportes y certificaciones será una prioridad. Si el foco está en habilidades blandas, la experiencia del usuario, la gamificación y los contenidos adaptativos ganan relevancia. 2. Mapear casos de uso reales y convertirlos en funcionalidades clave Una vez establecidos los objetivos, se deben definir casos de uso específicos que reflejen situaciones reales de la operación. Por ejemplo: Un nuevo colaborador debe completar su ruta de inducción en los primeros 10 días laborales. Un técnico de planta necesita una recertificación en seguridad cada 6 meses. Un gerente de ventas debe acceder a contenidos desde su celular mientras viaja. Cada caso de uso se puede descomponer en funcionalidades. En los ejemplos anteriores: Gestión de rutas de aprendizaje. Automatización de asignaciones y alertas de vencimiento. Accesibilidad móvil y responsive. Control de progreso individual. Así, la funcionalidad deja de ser un concepto técnico aislado y se conecta con una necesidad concreta del negocio. 3. Aplicar la matriz de prioridad: Crítico – Importante – Deseable Una vez que se ha listado el conjunto de funcionalidades necesarias, se recomienda aplicar una clasificación simple pero efectiva: Críticas: Funcionalidades indispensables para el funcionamiento del LMS en la organización. Si no existen o son deficientes, el sistema no puede ser adoptado. Ej.: gestión de usuarios, reportes de cumplimiento, autenticación segura, certificaciones. Importantes: Funciones que mejoran la eficiencia, la experiencia o la escalabilidad del sistema, pero que podrían desarrollarse en fases posteriores si es necesario. Ej.: gamificación, integración con herramientas de productividad, microlearning. Deseables: Funcionalidades de valor agregado que pueden incorporarse si el presupuesto lo permite, pero que no comprometen el éxito de la implementación si se postergan. Ej.: realidad aumentada, analítica predictiva avanzada, marketplace de contenidos. Este esquema ayuda al equipo evaluador a enfocar la PoC en validar las funcionalidades críticas e importantes, sin perder tiempo o desviar recursos en aspectos menos relevantes. 4. Considerar a los diferentes perfiles de usuario Un LMS no se utiliza solo desde un punto de vista administrativo. Existen múltiples perfiles dentro de una organización que interactuarán con la plataforma: Administradores de formación. Usuarios finales (empleados). Líderes o supervisores. Gerencia y dirección. Auditores externos o internos. Cada uno de estos perfiles tiene necesidades distintas. Por ejemplo: El administrador necesita facilidad para cargar contenido y asignar cursos. El usuario espera una interfaz amigable, accesible y motivadora. El supervisor quiere monitorear avances por equipo. La gerencia requiere informes ejecutivos claros y rápidos. La priorización de funcionalidades debe considerar qué tan críticas son esas funcionalidades para cada uno de estos perfiles, y qué tan estratégicas son sus actividades dentro del proceso de aprendizaje corporativo. 5. Evaluar funcionalidades nativas vs. integradas No todas las funcionalidades deben estar incluidas de forma nativa en el LMS. Algunas pueden lograrse a través de integraciones con herramientas externas. Por eso, durante la PoC es importante distinguir: ¿Qué funcionalidades están integradas directamente en la plataforma? ¿Cuáles requieren integración con otros sistemas? ¿Cuáles necesitarán desarrollos personalizados? Esto permite anticipar costos adicionales, esfuerzos de implementación y compatibilidades técnicas. Priorizar funcionalidades nativas es ideal cuando el tiempo y los recursos son limitados. 6. Usar el feedback de los usuarios como criterio de priorización Durante la PoC, los usuarios participantes proporcionan insights valiosos. Si una funcionalidad “deseable” genera entusiasmo, mejora la adopción y motiva el aprendizaje, puede escalar en prioridad. Por el contrario, una funcionalidad inicialmente considerada “importante” que genera fricción o baja usabilidad, puede ser despriorizada. La priorización debe ser dinámica y basada en la experiencia real, no solo en suposiciones o documentación técnica. 7. Vincular cada funcionalidad priorizada con indicadores de negocio Una funcionalidad priorizada debe tener una justificación medible: ¿Reduce tiempos de capacitación? ¿Mejora la retención de talento? ¿Incrementa la tasa de cumplimiento normativo? ¿Aumenta la productividad de los equipos? Este enfoque orientado al valor permite que la priorización sea defendible frente a la alta dirección, especialmente cuando se justifica la inversión. Conclusión Priorizar funcionalidades en una prueba de concepto no es una tarea técnica, es una decisión estratégica. Significa elegir conscientemente qué aspectos del LMS representan un diferenciador real para el negocio, cuáles son necesarios para garantizar una implementación exitosa y cuáles pueden postergarse sin comprometer el rendimiento general. Las organizaciones que abordan esta tarea con un enfoque estructurado, centrado en casos de uso reales y orientado al usuario, son las que logran una adopción exitosa del LMS y un retorno de inversión tangible. Para plataformas como WORKI 360, esta claridad en la priorización permite demostrar su valor diferencial en las funcionalidades críticas, sin diluir el enfoque en detalles secundarios. Y para los tomadores de decisiones, esta disciplina es la base para elegir no solo una herramienta tecnológica, sino una solución estratégica para el aprendizaje corporativo.

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¿Qué estructura debe tener una checklist de evaluación para la PoC?

7. ¿Qué estructura debe tener una checklist de evaluación para la PoC? Una checklist de evaluación es una herramienta esencial en cualquier prueba de concepto (PoC) de un LMS, ya que permite estandarizar la observación, capturar datos clave y comparar proveedores de manera objetiva. Su valor no está solo en “marcar casillas”, sino en organizar de forma sistemática la experiencia de prueba, asegurando que nada importante quede sin evaluar y que cada criterio analizado tenga un respaldo concreto. En el contexto de una decisión tecnológica crítica como la elección de un sistema de gestión del aprendizaje, donde intervienen múltiples áreas, usuarios y variables técnicas, una checklist bien diseñada actúa como guía operativa, hoja de ruta y registro estratégico, todo en uno. A continuación, te presento la estructura ideal que debe tener una checklist de evaluación para una PoC de LMS, basada en las mejores prácticas corporativas, y adaptable a organizaciones de distintos tamaños e industrias. 1. Datos generales del entorno de prueba Toda checklist debe comenzar por registrar los aspectos básicos de la PoC: Nombre del proveedor. Fecha de inicio y finalización de la prueba. Versión del LMS utilizada (si aplica). Participantes de la evaluación (por rol). Objetivos específicos del entorno de prueba. Esto proporciona un marco de referencia que permite contextualizar los resultados y establecer responsabilidad sobre los datos registrados. 2. Criterios funcionales Esta sección evalúa las capacidades operativas del LMS, alineadas a los procesos de formación de la organización. Aquí deben incluirse ítems como: Gestión de usuarios y perfiles. Asignación de cursos por rol o grupo. Creación de rutas de aprendizaje. Administración de contenido en diversos formatos (PDF, SCORM, video, etc.). Gestión de evaluaciones y exámenes. Emisión de certificados automáticos. Control de progreso de aprendizaje. Para cada ítem, la checklist debe permitir: Una calificación (por ejemplo, de 1 a 5). Un campo para observaciones. Un indicador de cumplimiento (sí / no / parcial). 3. Criterios técnicos Aquí se documentan aspectos de infraestructura, rendimiento y compatibilidad: Tiempo de carga de la plataforma. Tiempo de carga de contenidos multimedia. Soporte multiplataforma (desktop, móvil, tablet). Navegación sin errores o caídas. Velocidad de respuesta del sistema. Integración con HRM, SSO, ERP u otras plataformas. Seguridad y cifrado de datos. Soporte para estándares SCORM, xAPI o LTI. Esta sección puede ser completada por el equipo de TI o el área técnica responsable de evaluar la compatibilidad y la escalabilidad. 4. Criterios de experiencia del usuario (UX) La percepción y usabilidad del LMS por parte de los colaboradores es uno de los factores más determinantes para su adopción. Por ello, esta sección de la checklist debe abordar: Claridad en la navegación y organización del contenido. Facilidad de uso para usuarios sin conocimientos técnicos. Tiempo requerido para completar tareas básicas. Diseño responsivo y atractivo visualmente. Facilidad para encontrar cursos, historial o certificados. Intuición de la interfaz (menús, botones, acciones). Idealmente, esta parte de la checklist debe completarse con insumos directos de usuarios finales (colaboradores, supervisores, líderes de equipo). 5. Reportes y analítica El LMS debe aportar datos para la toma de decisiones. Por ello, la checklist debe evaluar: Variedad de reportes disponibles por defecto. Capacidad de personalizar reportes. Exportación de datos en formatos estándar. Indicadores disponibles (progreso, tasas de finalización, calificaciones, etc.). Visualización de dashboards ejecutivos. Alertas automáticas de vencimientos o incumplimientos. Esta sección es clave para los líderes de RRHH, formación y alta dirección, quienes usarán estos reportes para justificar la inversión y medir el impacto del aprendizaje. 6. Soporte y acompañamiento del proveedor Una checklist completa también debe reflejar la experiencia de servicio durante la PoC: Tiempo de respuesta ante consultas técnicas. Claridad de la documentación proporcionada. Capacitación inicial para usuarios clave. Disponibilidad de soporte en el idioma local. Capacidad de adaptación ante requerimientos específicos. Disposición a ajustar la prueba según necesidades del cliente. Este punto permite evaluar al proveedor como socio estratégico, más allá de las capacidades de la plataforma. 7. Cumplimiento normativo y seguridad En sectores regulados o empresas con políticas de cumplimiento estrictas, esta sección es crítica. Ítems sugeridos: Capacidad para gestionar certificaciones y renovaciones. Generación de evidencia para auditorías. Registro de logs de acceso y actividad. Compatibilidad con normativas (GDPR, ISO, etc.). Políticas de retención y eliminación de datos. 8. Aspectos económicos y de escalabilidad Aunque en la PoC no siempre se aborda la negociación económica, es útil registrar percepciones sobre: Flexibilidad de licenciamiento. Modelo de escalado (por usuarios, regiones, idiomas). Estimación de costos por crecimiento futuro. Capacidad para integrar nuevos módulos o funciones. Este análisis ayuda a prever la sostenibilidad del LMS a largo plazo. 9. Resumen por áreas participantes Al final de la checklist, debe incluirse una sección donde cada equipo o perfil participante registre: Su calificación global del sistema. Principales fortalezas percibidas. Principales debilidades observadas. Recomendación general: continuar, revisar o descartar. Esto permite que todas las voces relevantes sean consideradas en la decisión final. 10. Espacio para conclusiones y recomendaciones Finalmente, la checklist debe cerrar con un espacio donde el equipo evaluador registre de forma resumida: Cumplimiento general del LMS respecto a los objetivos de la PoC. Riesgos detectados en la implementación a gran escala. Sugerencias de mejora para el proveedor. Recomendación técnica y estratégica. Este cierre facilita la consolidación del informe ejecutivo de evaluación, que se presentará ante el comité de decisión. Conclusión Una checklist bien estructurada no es una herramienta burocrática: es el instrumento que permite ordenar la experiencia, garantizar objetividad y dar trazabilidad a cada decisión que se tome durante la prueba de concepto. Las organizaciones que documentan su PoC con herramientas como esta están mejor preparadas para defender su elección ante dirección general, justificar su inversión y anticipar con precisión los resultados futuros. En ese sentido, plataformas como WORKI 360 no solo permiten probar sus funcionalidades en un entorno controlado, sino que también proporcionan formatos estructurados de evaluación para que sus clientes puedan vivir un proceso riguroso, profesional y estratégicamente alineado.

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¿Cómo vincular la PoC con el análisis del ROI futuro del LMS?

8. ¿Cómo vincular la PoC con el análisis del ROI futuro del LMS? Uno de los errores más comunes que cometen las organizaciones al realizar una prueba de concepto (PoC) para un LMS es tratarla como un ejercicio técnico aislado, desconectado de los indicadores financieros y estratégicos que verdaderamente justifican la inversión. Sin embargo, una PoC bien diseñada y ejecutada es una oportunidad invaluable para anticipar el retorno de inversión (ROI) que se podría lograr si se implementara el sistema a gran escala. La vinculación entre la PoC y el análisis del ROI no solo es posible, sino que es deseable y necesaria. De hecho, para muchas empresas, esta conexión es la única vía para obtener la aprobación presupuestaria del proyecto LMS. Por eso, a continuación se expone cómo integrar estos dos procesos —evaluación funcional y análisis económico— de manera coherente, efectiva y basada en evidencia real. 1. Establecer desde el inicio métricas vinculadas al negocio Para que la PoC sirva como base del ROI, es esencial que los indicadores definidos para la prueba vayan más allá de lo técnico y estén alineados con objetivos estratégicos de negocio. Algunos ejemplos de métricas con impacto financiero directo son: Reducción del tiempo de capacitación por usuario. Disminución del tiempo de onboarding para nuevos colaboradores. Porcentaje de reducción de capacitaciones presenciales. Incremento en la tasa de cumplimiento normativo. Niveles de adopción del contenido formativo por parte de los usuarios. Mejora en el tiempo de respuesta frente a auditorías. Ahorro en logística, impresión y materiales físicos. Al definir estos indicadores antes de iniciar la PoC, la empresa puede luego cuantificar su evolución durante la prueba, y proyectar su impacto en escenarios de implementación a gran escala. 2. Recolectar datos cuantificables durante la PoC La PoC debe ser vista como un laboratorio donde se ensayan beneficios medibles. Por lo tanto, es clave recolectar y documentar datos reales durante la prueba, como: Tiempo promedio que tardan los usuarios en completar un curso. Porcentaje de finalización de rutas de aprendizaje. Número de consultas al soporte relacionadas con la plataforma. Tiempo dedicado por los administradores a tareas rutinarias (asignación, carga de contenido, generación de reportes). Porcentaje de cumplimiento de plazos de formación obligatoria. Nivel de satisfacción de los usuarios con la herramienta. Estos datos permiten calcular eficiencias operativas, reducir recursos dedicados a tareas manuales y estimar mejoras en la productividad. 3. Utilizar los resultados para construir proyecciones realistas Con los datos reales recogidos durante la PoC, es posible realizar proyecciones financieras escaladas, como por ejemplo: Si durante la PoC el tiempo de capacitación se redujo en un 40%, ¿cuánto se ahorrará anualmente al formar a 3.000 colaboradores? Si el LMS permite que el onboarding se reduzca de 20 a 12 días, ¿cuál es el valor económico de esos 8 días ganados por nuevo ingreso? Si la plataforma automatiza reportes que antes tomaban 10 horas mensuales, ¿cuánto tiempo se libera al año para actividades estratégicas? Si el 90% de los usuarios completan su formación obligatoria sin recordatorios manuales, ¿cuánto tiempo administrativo se ahorra? Este tipo de proyecciones pueden convertirse en una parte fundamental del caso de negocio que respalda la implementación del LMS. 4. Traducir beneficios cualitativos en valor financiero aproximado No todos los beneficios de un LMS son fácilmente cuantificables, pero muchos pueden ser estimados en términos financieros. Por ejemplo: La mejora en la retención de talento gracias a un entorno de aprendizaje continuo puede evitar la rotación, cuyo costo promedio por reemplazo puede superar el 50% del salario anual del colaborador. Una reducción de errores operativos gracias a una mejor capacitación puede disminuir pérdidas o riesgos legales. La mejora en la experiencia del empleado puede elevar los resultados de las encuestas de clima laboral, lo que a su vez mejora el compromiso y la productividad. Durante la PoC, la organización puede usar herramientas como encuestas, entrevistas o focus groups para evaluar estas percepciones, que luego pueden convertirse en estimaciones financieras para el ROI. 5. Comparar costos estimados de implementación vs. beneficios proyectados Una vez obtenidos los datos de eficiencia, ahorro de tiempo, mejora en cumplimiento y otros indicadores de impacto, es posible calcular un ROI proyectado utilizando una fórmula básica: ROI = [(Beneficio estimado - Costo de inversión) / Costo de inversión] x 100 Por ejemplo: Costo de inversión estimado: $50.000 anuales (licencia, soporte, formación, etc.) Ahorro en formación presencial: $20.000 Reducción de rotación por mejor formación: $15.000 Tiempo ahorrado en onboarding: $10.000 Valor del cumplimiento normativo anticipado: $10.000 Beneficio total estimado: $55.000 ROI: [(55.000 - 50.000) / 50.000] x 100 = 10% Aunque los números son un ejemplo, esta metodología permite transformar la PoC en una herramienta financiera decisiva. 6. Incluir la proyección de ROI en el informe ejecutivo final El análisis de retorno estimado debe incluirse como una sección clave del informe ejecutivo de la PoC, junto con los resultados técnicos y de experiencia del usuario. Para lograr impacto, se recomienda presentar esta información en forma visual: Gráficas de ahorro proyectado. Comparativa antes/después de procesos clave. Tabla de indicadores vs. impacto estimado. Esto facilita la comprensión por parte de directivos y áreas financieras, y convierte la propuesta en una inversión defendible. 7. Apoyarse en el proveedor para afinar el análisis Un proveedor comprometido, como WORKI 360, puede colaborar con el equipo cliente para: Proveer benchmarks de ahorro logrados en otras organizaciones. Sugerir métodos de cálculo según la industria. Compartir herramientas o plantillas para el cálculo de ROI. Asesorar en la presentación del caso de negocio ante la dirección. Este acompañamiento eleva el nivel de análisis y aumenta la probabilidad de aprobación del proyecto. Conclusión Una prueba de concepto no debe limitarse a validar si una plataforma funciona: debe demostrar si vale la pena invertir en ella. Vincular la PoC con el análisis del ROI convierte la experiencia de prueba en un argumento financiero sólido, que puede marcar la diferencia entre un proyecto aprobado o descartado. Las organizaciones que integran estos dos enfoques —evaluación funcional y proyección de retorno— no solo toman mejores decisiones, sino que muestran madurez organizacional, visión estratégica y responsabilidad financiera. Y proveedores como WORKI 360, que entienden esta lógica, se posicionan como aliados confiables en todo el ciclo de transformación del aprendizaje corporativo.

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¿Qué preguntas clave debe responder una PoC antes de tomar una decisión final?

9. ¿Qué preguntas clave debe responder una PoC antes de tomar una decisión final? La prueba de concepto (PoC) en el proceso de selección de un LMS no es un simple paso técnico. Es, en esencia, un filtro estratégico que permite validar si la solución evaluada es capaz de cumplir con las exigencias del negocio, adaptarse a la cultura de la organización, escalar con sostenibilidad y, sobre todo, generar valor real. Pero para que la PoC cumpla ese rol decisivo, no basta con realizar pruebas funcionales o recopilar métricas. Es indispensable que, al finalizar el ejercicio, el equipo evaluador pueda responder con claridad un conjunto de preguntas clave, cuya finalidad es cerrar el ciclo de análisis y aportar insumos sólidos a la decisión de compra o adjudicación. Estas preguntas actúan como una lista de control de criterios críticos, que deben ser validados desde diversas perspectivas: técnica, funcional, operativa, estratégica y cultural. A continuación, se describen las preguntas que toda PoC de LMS debe responder antes de avanzar a la etapa de implementación definitiva. 1. ¿El LMS cumple con los objetivos estratégicos establecidos al inicio? Esta es la pregunta fundamental. Si la solución no permite alcanzar las metas para las cuales fue convocada (mejorar el onboarding, reducir costos, aumentar el cumplimiento, agilizar la formación, etc.), entonces no es viable. La PoC debe servir para validar, con evidencia, que el LMS responde a las prioridades del negocio, y no solo a las modas tecnológicas o a los deseos del proveedor. 2. ¿La experiencia del usuario fue positiva y promueve la adopción? Una plataforma puede ser potente desde lo técnico, pero si los usuarios no la encuentran intuitiva, atractiva o útil, su adopción será baja. La PoC debe recoger percepciones reales de los distintos perfiles que usaron el LMS: ¿Fue fácil acceder y navegar? ¿El contenido fue fácil de encontrar? ¿La interfaz fue clara en distintos dispositivos? ¿El sistema motivó a continuar aprendiendo? Las respuestas a estas preguntas permiten prever el nivel de engagement que tendrá la plataforma una vez implementada. 3. ¿La solución se adapta a los procesos de formación de la organización? Cada empresa tiene flujos de trabajo particulares. La PoC debe validar si el LMS puede adaptarse a esos procesos sin obligar a la organización a rediseñar toda su operación para encajar en la herramienta. Por ejemplo: ¿Puede replicar rutas de aprendizaje por rol o región? ¿Permite manejar múltiples tipos de usuarios (internos, externos, contratistas)? ¿Es compatible con políticas internas de seguridad, cumplimiento o privacidad? Esta pregunta apunta a la flexibilidad operativa del sistema. 4. ¿Las funcionalidades críticas fueron probadas y entregaron resultados satisfactorios? No todo lo que se ve en una presentación comercial se traduce en un funcionamiento efectivo en la práctica. La PoC debe haber probado aquellas funcionalidades consideradas prioritarias por la empresa, y entregar resultados claros sobre su rendimiento. Las más comunes incluyen: Gestión automatizada de cursos. Evaluaciones personalizadas. Emisión de certificados. Reportes gerenciales. Acceso móvil fluido. Integraciones con HRM o SSO. Si alguna de estas funcionalidades falló o no cumplió expectativas, debe analizarse si es corregible o es una limitación estructural del sistema. 5. ¿La plataforma es escalable y sostenible a largo plazo? Un LMS puede funcionar bien con 100 usuarios en la PoC, pero ¿qué pasa cuando debe escalar a 5.000 o 10.000 usuarios en múltiples países, idiomas o unidades de negocio? La prueba de concepto debe permitir proyectar: La capacidad técnica del sistema para escalar. Los costos asociados al crecimiento. La flexibilidad del modelo de licenciamiento. La capacidad de gestión sin sobrecargar al equipo interno. Responder a esta pregunta ayuda a evitar costos ocultos y cuellos de botella futuros. 6. ¿El proveedor demostró capacidad de acompañamiento y soporte? La calidad del proveedor es tan importante como la calidad del producto. La PoC debe haber demostrado: ¿Qué tan rápido respondieron a las consultas? ¿Fueron capaces de resolver problemas durante la prueba? ¿Proporcionaron formación clara y materiales útiles? ¿Hubo disposición a personalizar o adaptar aspectos técnicos? Una plataforma excelente con un proveedor ineficiente no es una solución viable a largo plazo. 7. ¿El análisis de datos y reportes cubre las necesidades de gestión del aprendizaje? Una de las funciones más estratégicas del LMS es entregar información útil para la toma de decisiones. La PoC debe responder: ¿Los reportes fueron fáciles de generar? ¿Brindaron la información requerida por RRHH y gerencias? ¿Se pudieron personalizar informes? ¿La visualización fue clara y útil? La respuesta a esta pregunta permite anticipar el valor gerencial de la solución. 8. ¿La integración con otros sistemas corporativos fue posible o viable? El LMS no debe operar como una isla. Durante la PoC debe haberse validado al menos una integración con sistemas existentes, como: Recursos humanos (HRM). Autenticación centralizada (SSO). Sistemas de BI. Plataformas de comunicación (MS Teams, Slack). Si el LMS no logró integrarse o presentó obstáculos significativos, se debe considerar su impacto a futuro. 9. ¿El LMS aportará un retorno claro sobre la inversión? La prueba debe haber generado insumos para proyectar el ROI del sistema. Basado en ahorros operativos, mayor productividad, cumplimiento, reducción de rotación o digitalización de procesos, el equipo debe poder responder: ¿Esta inversión generará valor tangible? ¿En qué horizonte de tiempo? ¿Con qué indicadores de éxito se medirá? Esta pregunta es especialmente importante al presentar la propuesta al comité ejecutivo o financiero. 10. ¿La organización está preparada para la implementación? Finalmente, la PoC debe arrojar luz sobre el grado de preparación interna: ¿Qué tan capacitado está el equipo para administrar la plataforma? ¿Existe disposición al cambio por parte de los usuarios? ¿Qué ajustes se requerirán en procesos internos? ¿Se identificaron resistencias o necesidades de comunicación? Si la respuesta es negativa o poco clara, la organización debe trazar un plan de preparación antes de implementar. Conclusión Responder a estas diez preguntas clave no es un ejercicio teórico: es el paso final antes de tomar una decisión que afectará la forma en que la organización aprende, se adapta y desarrolla su talento durante años. Una PoC bien estructurada debe ofrecer datos, percepciones y evidencia sólida para que cada una de estas preguntas pueda contestarse con certeza. Cuando eso ocurre, el equipo directivo no solo elige una plataforma: elige una solución alineada con su visión de futuro, su cultura y sus metas estratégicas. Para plataformas como WORKI 360, este nivel de claridad y acompañamiento permite que sus clientes no tengan dudas al finalizar la prueba: no están comprando software, están asegurando una inversión inteligente en desarrollo humano.

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¿Qué implicancias legales o contractuales tiene una prueba de concepto?

10. ¿Cómo transformar los hallazgos de la PoC en una presentación para la alta dirección? Finalizar una prueba de concepto (PoC) de un LMS sin presentar los resultados de manera clara, estratégica y persuasiva a la alta dirección es desperdiciar el esfuerzo invertido. La PoC es una fuente valiosa de información técnica, funcional y humana, pero su verdadero impacto se materializa cuando los hallazgos se convierten en argumentos de negocio sólidos para tomar una decisión informada y respaldada. La presentación final no debe limitarse a mostrar “qué se probó” o “cómo funciona la plataforma”. Debe responder a una sola pregunta que todo directivo se hace: ¿Por qué deberíamos invertir en esta solución, y qué retorno nos traerá? A continuación, te detallo paso a paso cómo estructurar esa presentación para que sea clara, convincente y orientada a la toma de decisiones. 1. Comenzar con un resumen ejecutivo estratégico El primer slide debe responder de forma breve y contundente a: ¿Qué se hizo? → “Se ejecutó una PoC de 4 semanas para evaluar la plataforma LMS X.” ¿Por qué se hizo? → “La meta fue validar su capacidad de responder a las necesidades de formación, cumplimiento y escalabilidad de la empresa.” ¿Qué se logró? → “El sistema cumplió con el 95% de los criterios definidos, demostró un ahorro potencial del 30% en tiempo de onboarding, y recibió una calificación de 4.7/5 por parte de los usuarios.” ¿Qué se recomienda? → “Avanzar a la implementación formal con un plan de despliegue escalonado.” Este resumen debe leerse en menos de 2 minutos y dejar clara la conclusión principal del equipo evaluador. 2. Exponer los objetivos iniciales de la PoC Antes de mostrar resultados, es esencial recordar a la dirección por qué se hizo la prueba. Aquí se deben mencionar los objetivos de negocio: Reducir los tiempos de capacitación en nuevas contrataciones. Establecer rutas de formación automatizadas por perfil. Aumentar el cumplimiento normativo con trazabilidad auditable. Digitalizar la gestión de la formación interna y externa. Esto conecta la prueba con dolores reales del negocio, lo que capta la atención de la audiencia ejecutiva. 3. Presentar la metodología de evaluación Aquí se debe explicar cómo se estructuró la PoC: Duración y alcance. Número de usuarios participantes y roles. Casos de uso evaluados. Herramientas utilizadas (checklists, encuestas, métricas, dashboards). Criterios de priorización de funcionalidades. Este punto demuestra el rigor del proceso y refuerza la credibilidad de las conclusiones. 4. Visualizar resultados clave con enfoque comparativo La dirección no necesita ver todas las métricas. Necesita ver lo relevante, comparado con el estado actual o con otras plataformas probadas. Ejemplos visuales útiles: Gráficas de mejora en tiempos de formación. Tabla de puntuación por funcionalidad. Indicadores de adopción y satisfacción del usuario. Reducción proyectada de costos por área. Niveles de automatización logrados vs. procesos manuales actuales. Usa gráficos, íconos y colores para facilitar la comprensión rápida. Recuerda: en la alta dirección, el tiempo es limitado y el foco está en el impacto. 5. Demostrar evidencia del retorno esperado (ROI) Aquí se conecta la PoC con los beneficios económicos esperados. Se debe presentar un modelo simple: Coste estimado de implementación (licencias, soporte, formación, gestión). Ahorros proyectados en: Tiempo de capacitación. Reducción de errores operativos. Automatización de tareas administrativas. Costos logísticos (impresión, desplazamientos). Retorno proyectado a 1, 2 y 3 años. Ejemplo de slide: “Con una inversión de $60,000 el primer año, estimamos ahorros por $90,000, lo que representa un ROI del 50% en 12 meses.” Este punto es decisivo para el CFO, CEO o cualquier comité de inversiones. 6. Reflejar la voz del usuario Incluir testimonios breves o resultados de encuestas de los usuarios reales genera empatía. Por ejemplo: “Fue fácil de usar desde el primer día.” “Terminé la formación en menos tiempo de lo habitual.” “Los reportes me ahorraron trabajo administrativo.” También puedes mostrar gráficos de satisfacción: 87% calificó la experiencia con 4 o 5 estrellas. 92% completó los cursos asignados sin ayuda. 78% pidió mantener el sistema como herramienta permanente. Este punto es emocionalmente persuasivo y refuerza el mensaje: el sistema ya fue validado por quienes lo usarán. 7. Mostrar fortalezas y riesgos identificados La dirección espera que se le hable con transparencia. Presenta: Principales fortalezas del LMS (usabilidad, automatización, escalabilidad, soporte, etc.). Riesgos detectados y cómo serán mitigados (ej. curva de aprendizaje, ajustes de integración, soporte postimplementación). Esto demuestra madurez en la evaluación y anticipación de escenarios críticos. 8. Presentar un roadmap de implementación sugerido Una vez convencida, la alta dirección preguntará: ¿Y ahora qué sigue? Presenta un plan tentativo que incluya: Fase 1: implementación técnica (1-2 meses). Fase 2: capacitación de administradores. Fase 3: despliegue por áreas o regiones. Fase 4: ajustes, escalamiento y monitoreo. También es útil incluir roles, responsables y tiempos estimados. 9. Incluir comparativo con otras soluciones (si aplica) Si hubo otros LMS evaluados, muestra una tabla resumen de comparación. Por ejemplo: Criterio LMS A LMS B LMS C Usabilidad ⭐⭐⭐⭐ ⭐⭐⭐ ⭐⭐⭐⭐⭐ Soporte técnico ⭐⭐⭐⭐⭐ ⭐⭐ ⭐⭐⭐⭐ ROI estimado 12m 45% 22% 50% Satisfacción usuarios 4.6/5 3.8/5 4.7/5 Esto posiciona la solución recomendada como la más sólida entre las alternativas consideradas. 10. Cerrar con una propuesta de decisión clara La presentación debe terminar con una recomendación concreta: Recomendación: Avanzar con la implementación del LMS [nombre]. Justificación: Basado en desempeño, ROI, experiencia de usuario y escalabilidad. Solicitud: Aprobación presupuestaria de $XX,XXX y designación de responsables. Esto facilita la toma de decisión, evitando ambigüedades. Conclusión Transformar los hallazgos de una PoC en una presentación efectiva para la alta dirección no se trata solo de reportar lo que ocurrió. Se trata de construir una narrativa estratégica que demuestre cómo el LMS evaluado no solo funciona, sino que representa una inversión rentable, sostenible y alineada con la visión del negocio. Las empresas que hacen esto con claridad aumentan drásticamente sus probabilidades de aprobación, financiación y apoyo ejecutivo. Y plataformas como WORKI 360, que acompañan este proceso con datos, visualizaciones y asesoría, se convierten en aliados de transformación, no solo proveedores tecnológicos. 🧾 Resumen Ejecutivo La implementación de un sistema de gestión del aprendizaje (LMS) es una decisión crítica que debe estar alineada con los objetivos estratégicos de la organización. En este contexto, la Prueba de Concepto (PoC) se convierte en una herramienta fundamental para anticipar resultados, validar funcionalidades, medir la experiencia del usuario y justificar la inversión. Tras el análisis detallado de las 10 preguntas clave en este artículo, se identifican las siguientes conclusiones estratégicas: ✅ 1. Una PoC efectiva comienza con objetivos claros Toda prueba debe estar diseñada para responder a metas específicas del negocio: optimizar el onboarding, digitalizar el aprendizaje, mejorar el cumplimiento o reducir costos de formación. Sin esta claridad, la PoC pierde foco y se diluye en evaluaciones técnicas irrelevantes. ✅ 2. La selección de casos de uso reales es crítica Una PoC debe probar escenarios reales, como rutas de aprendizaje personalizadas, formación obligatoria, capacitación técnica o acceso móvil. Esto permite evaluar el LMS bajo condiciones similares a su uso en producción y anticipar su desempeño operativo. ✅ 3. El proveedor cumple un rol determinante La participación del proveedor durante la PoC define la calidad de la experiencia. Su rol incluye desde configurar el entorno hasta brindar soporte técnico, capacitar usuarios clave y recoger feedback. Un proveedor que actúa como socio estratégico marca la diferencia entre una simple herramienta y una solución alineada al negocio. ✅ 4. La documentación rigurosa garantiza decisiones objetivas La utilización de matrices de evaluación, encuestas estructuradas, bitácoras y dashboards permite registrar evidencias objetivas. Esta trazabilidad fortalece el proceso de decisión y permite defender la elección del LMS ante dirección general con argumentos sólidos. ✅ 5. Priorizar funcionalidades es una decisión estratégica, no técnica No se trata de probar todo, sino de probar lo que importa. Las funcionalidades deben priorizarse según su impacto en procesos clave. Esta selección ordenada evita dispersiones, optimiza tiempos y concentra el análisis en lo que realmente genera valor. ✅ 6. La PoC debe alimentar directamente el análisis de ROI Una PoC bien diseñada permite medir beneficios potenciales: reducción de tiempos, automatización, ahorro en recursos, aumento en cumplimiento. Estos indicadores pueden proyectarse para construir un ROI estimado, que fortalece el caso de negocio y facilita la aprobación ejecutiva. ✅ 7. Las preguntas clave de la PoC deben tener respuestas claras Al finalizar la prueba, el equipo evaluador debe poder responder: ¿Cumple el LMS con los objetivos? ¿Fue bien recibido por los usuarios? ¿Se adapta a los procesos? ¿Es escalable? ¿El proveedor es confiable? ¿Genera un retorno claro? Responder estas preguntas es la base para una decisión responsable. ✅ 8. La checklist de evaluación profesionaliza el proceso Contar con una checklist estructurada permite evaluar la plataforma en dimensiones técnicas, funcionales, operativas y culturales. Establece criterios claros, evita omisiones y ordena el juicio de los evaluadores, promoviendo transparencia y trazabilidad. ✅ 9. La percepción del usuario final es un insumo estratégico Más allá de lo técnico, la experiencia real del usuario es clave. Un sistema que no resulta intuitivo, útil o motivador será rechazado silenciosamente. La PoC permite recoger esta percepción antes de tomar una decisión costosa e irreversible. ✅ 10. Los resultados deben transformarse en una presentación ejecutiva Una PoC bien ejecutada pero mal comunicada puede fracasar en el comité directivo. Por eso, transformar los hallazgos en una presentación visual, comparativa, alineada con los intereses del negocio y con un plan de implementación claro, es esencial para cerrar el ciclo de decisión. 🎯 Beneficios concretos para WORKI 360 El enfoque propuesto en estas 10 preguntas refuerza la capacidad de WORKI 360 para posicionarse como una solución estratégica y no solo como una plataforma LMS: Acompañamiento experto en pruebas de concepto, con foco en el negocio. Herramientas integradas para medir adopción, engagement y rendimiento. Automatización de reportes y dashboards orientados a la toma de decisiones. Flexibilidad para adaptarse a distintos casos de uso y modelos de formación. Soporte técnico y funcional cercano, confiable y proactivo. Capacidad para facilitar el cálculo de ROI desde la prueba inicial. Con esta propuesta, WORKI 360 demuestra que puede transformar la manera en que las organizaciones evalúan, adoptan y aprovechan un LMS, garantizando valor desde la primera etapa del proceso.

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